Comprobado: Soy adicto a la Tv. Porque terminar un domingo, viendo entre las 12: am a 3: am la entrega de los premios TONY, a las obras de teatro de E.E.U.U. (2011), habla más de mi “delirium tremens” por mantener mi dosis de televisión, que de mi buen gusto en la programación de la misma. Pero a todas estas, ¿el teatro no estaba primero que la TV? ¿Y qué tiene de malo ver un abrebocas de teatro que acá, no llega, y si llega, *no lo vamos a entender?
Siendo alguien a que por poco le dice mamá a la caja boba, Medellín, me ha mostrado que aunque no lo parezca, rebosa de cultura. No solo por los museos, bibliotecas, y el dinero que nuestros “amados” políticos destinan (roban) para parques sin aspecto estético que brindan con una amplia sonrisa (y unas billeteras distendidas) a una ciudadanía ávida de culturización, sino que la gente concurre de manera masiva a las obras que en la ciudad se presentan. Medellín gusta del arte y del teatro.
Mi primera visita a un teatro (con la mano en el pecho) y consciente que iba justa y exactamente a teatro, fue a ver en el teatro MATACANDELAS “Angelitos Empantanados” de Andrés Caicedo, obra simpática, muy aclamada por el público, pero en la escena de los homicidios, me reí a más no poder. No me vetaron, pero preferí huir al término del evento, y dedicarme a la lectura.
La cuestión con el teatro (y sobre todo los musicales) es que no ha sido exactamente permeable para el público en general, sino que su poder de convocatoria ha sido para públicos específicos. Al menos en Latinoamérica lo es.
Con respecto al programa en cuestión, los premios televisados por Film & Arts, y cuyo presentador este año fue Neil Patrick Harris (el Doctor Doogie Howser de la TV) realizó una soberbia obertura del evento enfocándose en el nuevo viraje que el arte escénico ha tenido en los últimos años, conteniendo en uno de los versos del tema introductorio lo siguiente “los musicales no solo son para los homosexuales” (mientras le guiñaba el ojo a su esposo) y que en la gran manzana, la meca cultural del mundo, el teatro y la música, son el corazón de la sociedad Neoyorkina.
Muchos de los grandes actores que hemos tenido el placer de ver en cintas familiares y no tan familiares, han pasado por las tablas de Broadway (desde James Earl Jones, hasta el actor de Wolverine, a quien aquellos que lo vieron, dijeron que se había tomado muy mal la muerte de Jean Grey para terminar en producciones musicales –irónicamente, lo hace bastante bien).
Sin embargo, a todas estás, los que de una u otra forma nos ufanamos de los derrames tóxicos de testosterona que emanan algunas películas Hollywoodenses, seriados, y una que otra caricatura infantil que capturan nuestra atención, nos sentimos atribulados cuando algo que no es del patrón regular de afecto personal y grupal, se acerca a nuestros afectos. Por ejemplo: saber que Bono y The Edge están involucrados creativamente y monetariamente con la obra de teatro de: Spider-Man, Turn Off the Dark, o que Joe DiPietro, tecladista de la banda BON JOVI ha estado involucrado en proyectos más allá de la música que nos hace tomar cervezas, o evocar tiempos de antaño, pone la semilla en el cerebro de que hay muchas más cosas que pueden interesarnos en aras del arte.
Ahora, la cereza que cierra el postre, es ver a alguien como TRENT REZNOR (ese muchacho flaco, socialmente inadecuado, de voz rasgada y líricas punzantes, que aunque músico de conservatorio, no se ajustaba a lo que un director musical aspirase como pupilo) ganarse un Oscar a mejor banda sonora, y lo es más, ver a los creadores de SOUTH PARK, (quienes por su irreverencia en cuestiones políticas y religiosas los pusieron en el ojo del huracán cuando Al Qaeda los amenazó de muerte) Matt Stone y Trey Parker, satíricos por naturaleza, anarquistas de lo adecuado, explorar las artes y ganarse 9 premios TONY por el musical llamado “THE BOOK OF MORMON” que trata de la historia de dos jóvenes misioneros mormones que van a esparcir la palabra de Dios a una región peligrosa de Uganda, con un corazón lleno de esperanzas y expectativas, y una actitud sociablemente suicida (como puede verse y oírse –inglés- en este CLIP).
Muchas cosas se esperan de estos muchachos, pues luego de ver la película de títeres que crearon en el 2004 llamada “Team América: Policía Mundial”, cualquier cosa podía esperarse de ellos. ¿Pero un musical? Esa no la vi venir.
Igual, ver sin ninguna idea preconcebida esta premiación, recordé las palabras de un cuate de Carlos É Restrepo acerca de “Que todos tenemos un metrosexual correteando en el cerebro”, y el mío, se divirtió bastante anoche. Igual, esperaré que algunos de esos espectáculos lleguen a video tiendas (porque esperar a que por la venia de Dios padre lleguen a Film & Arts, tomará demasiado tiempo) para disfrutarlas. Una de esas obras que me causaron alta expectativa fue esta, llamada JERUSALEM, que trata de drogas, alcohol, y mucho Rock and Roll. (Clip Footage).
En síntesis, vi mucho talento, muchos actores conocidos como no conocidos, mucha música nueva como vieja, mucho marica, mucho entretenimiento, y mucho de lo que aquí se ve poco.
El cierre del evento realizado por Neil Patrick Harris, fue una rima poderosamente callejera, improvisada por los guionistas del evento tomando en cuenta todo lo acontecido hasta el cierre del programa (Clip aquí) y da a entender que el arte coloquial, como el suburbano, tiene cabida en las tablas como cualquiera de los sonetos de William Shakespeare u Oscar Wilde y que en igualdad de condición, será disfrutado por las personas que viven y visitan New York.
PEACE!
*Muchas de las obras de teatro norteamericanas están basadas en hechos de su historia, o de la historia de alguien más, por lo que adaptarlas al español, es un cuento más largo que las obras mismas.
0 comentarios: